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jueves, 28 de noviembre de 2013

DEVOCIÓN A LOS 7 DOLORES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

DEVOCIÓN A LOS 7 DOLORES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

 

Virgen Dolorosa




Los 7 dolores de la Santísima Virgen María


    

MADRE NUESTRA INMACULADA
RUEGA POR NOSOTROS


 
Virgen de los dolores

 

 

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DADO A SANTA BRIGIDA



7 gracias que la Santísima Virgen alcanzó para las personas que le honren diariamente meditando sus dolores con el rezo fervoroso de 7 Aves Marías.


PROMESAS


1.- Pondré paz en sus familias.
2.- Serán iluminadas en los divinos misterios.
3.- Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos
4.- Les daré cuanto me pidan con tal de que no se oponga a la voluntad
     adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5.- Los defenderé en sus combates espirituales con el enemigo infernal y los
    protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6.- Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte, verán el rostro de su
    Madre.
7.- He conseguido de mi Divino Hijo: que cuantos propaguen esta devoción
    sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, 
    pues serán borrados todos sus pecados y mi Hijo y yo seremos su eterna
    consolación y alegría.


MEDITACIÓN DE LOS DOLORES DE MARÍA



PRIMER DOLOR:


La aflicción que causó a su tierno corazón la profecía del anciano Simeón cuando le dijo: “¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!”(Lc 2,35).

-Madre Mía, por el dolor que tuviste al presentar en el templo a tu Divino Hijo, cuando Simeón profetizó que una espada de dolor traspasaría tu corazón, te ruego me concedas purificar el mío en a penitencia para que puedas presentarlo a Dios en la eternidad. Amadísima Madre, concédeme la virtud de la humildad y el don de la sabiduría. Ave María.

SEGUNDO DOLOR:


La angustia que padeció su sensibilísimo corazón en la huida y permanencia en Egipto (Mt.  2,13-15) porque Herodes quería matar al niño.

-Madre mía, por el dolor que tuviste huyendo a Egipto con tu Hijo, dígnate concederme el firme y constante propósito de huir de las ocasiones de pecar. Amadísima Madre, concédeme la virtud de la liberalidad, principalmente con los pobres, y el don de entendimiento. Ave María.
 

TERCER DOLOR:


Las congojas  que experimentó su solicito corazón en la pérdida de su Hijo Jesús. (Lc. 2,41-50).

Madre mía, por el dolor que tuviste al perder al Niño Jesús en su templo, concédeme que cuando yo lo pierda desgraciadamente por el pecado, lo busque con empeño y dolor hasta encontrarlo en el Santísimo Sacramento.
Amadísima Madre, concédeme la virtud de la castidad y el don de consejo. Ave María.
 

CUARTO DOLOR:


La consternación que sintió su maternal corazón al encontrar a su hijo Jesús, llevando la Cruz a cuestas (Lc  3, 23-27).

-Por el dolor que tuviste Madre mía, al ver a tu Divino Hijo cargado con la Cruz  que le pusieron mis pecados, concédeme que me arrepienta muy sinceramente de ellos y dame la gracia para no hacer más pesada la carga de mi Jesús con nuevas culpas. Amadísima Madre, concédeme la virtud de la paciencia y el don de fortaleza. Ave María.
 

QUINTO DOLOR:


El martirio de su generoso corazón , asistiendo a su hijo Jesús en la agonía (Jn 19, 25-27).

-Por el dolor que te causó la crucifixión de tu Divino Hijo, concédeme Madre mía, que venza mis pasiones y acepte por amor a Cristo las cruces que se digne enviarme y dame gracia para sufrirlas con paciencia y resignación. Amadísima Madre, concédeme la virtud de la templanza y el don de ciencia. Ave María.
 

SEXTO DOLOR


La herida que causó a su piadoso corazón en la lanzada que abrió el costado de su hijo (Jn 19, 31-37).

-Madre mía, por el inmenso dolor que te causó recibir en tus santos brazos el Cuerpo exánime de tu Hijo Divino, concédeme, te lo ruego, que cuando se digne venir a mi corazón lo reciba yo con las debidas disposiciones y que jamás lo profane comulgando indignamente. Amadísima Madre, concédeme la virtud de la caridad y el don de la piedad. Ave María.
 

SÉPTIMO DOLOR:


El desconsuelo y desamparo que sufrió su amantísimo corazón en la sepultura de su hijo Jesús ( Jn 19, 38-41).

-Madre mía, por el dolor que sufriste cuando tu Divino Hijo fue sepultado, concédeme la gracia que no muera yo sin antes haber sepultado en el abismo de una buena confesión hasta el último de mis pecados, para que seas tú, mi amorosísima madre, quien me conduzca  a la infinita misericordia de tu
hijo Jesús. Amadísima Madre, concédeme la virtud de la diligencia y el don del Santo temor de Dios. Ave María.
 

ORACIÓN FINAL


Virgen dolorosísima ruega por nosotros para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de  Cristo Nuestro Señor. Amén.


Con  licencia eclesiástica, puede imprimirse
Canónigo José Pérez de Alba.
Propáguese esta devoción.


En el siguiente video se reza la Devoción a los 7 Dolores de la Santísima Virgen María. Esta dicho con detenimiento, sin prisas, como todos debemos orar.





VIDEO




 

 

 SANTA BRIGIDA DE SUECIA

 

Santa Brígida de Suecia

Revelaciones del Cielo a Santa Brígida



     Santa Brígida de Suecia, hija de la princesa de sangre real de Suecia, Birgir, nació por el año de 1302 de padres muy piadosos. Su virtuosa madre murió al darla a luz, por lo que las niña fue cuidada por unas piadosas tías. Brígida no pudo hablar hasta la edad de 3 años, pero tan pronto pudo hacerlo, comenzó a rezar a Dios.

    Aun en su temprana infancia, sintió atracción por los discursos serios, y en su corazón habitó la gracia divina, y las lecturas piadosas eran sus favoritas.

     A la edad de 10 años, Brígida se sintió conmovida por un sermón que oyó sobre la pasión de nuestro señor. A la noche siguiente tuvo un sueño en el que vió a nuestro Señor clavado en la cruz y cubierto de sangre y heridas, al mismo tiempo una voz le decía: "Mírame, hija mía".
¡Oh, mi Señor! -respondió Santa Brígida- ¿Quien te ha tratado tan cruelmente? Nuestro Señor le respondió: "Aquellos que me desprecian y son insensibles a mi amor por ellos".

     Ese misterioso sueño dejó una impresión tan profunda en ella, desde entonces, meditó continuamente en los sufrimientos de nuestro señor Jesucristo, y siempre lloraba al hacerlo.

     A la edad de 15 años, por obediencia, Brígida se casó con el príncipe Ulf, un joven  muy piadoso, y tuvieron 8 hijos (una de sus hijas llegó a ser Santa Catalina de Suecia). Más que instrucciones fueron sus ejemplos los que santificaron a su numerosa familia.

     Sus revelaciones y otras gracias celestiales hicieron de ella una verdadera santa.

     Murió en Roma en 1373, después de regresar de una peregrinación a la Tierra Santa.

     Brígida practicaba y meditaba diariamente en la vida y sufrimientos de nuestro Señor Jesucristo.



     Para descargar el archivo pdf de las 7 gracias que la virgen alcanzó meditando sus dolores con el rezo fervoroso de 7 Aves Marías, dar clic en el siguiente enlace:






Corazón traspasado por 7 espadas de dolor


   Sea nuestro Señor Jesucristo  honrado en María, reconociendo a su Santísima Madre como Corredentora, vía segura para conducirnos a El, nuestro amable Redentor.

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