"Nacimiento de la Virgen María". Visiones y Revelaciones de la Beata Ana Catalina Emmerick

NACIMIENTO DE LA VIRGEN MARÍA

Beata Ana Catalina Emmerick.

Nacimiento de la Virgen María.

La Beata Ana Catalina Emmerick nos habla en su Visión y Revelación del nacimiento de la Virgen María. Con varios días de anticipación anunció Santa Ana a San Joaquín que se acercaba su alumbramiento. Entonces ella llamó a su lado a varias mujeres de su familia y parientes. San Joaquín seleccionó varios animales de los más hermosos de su rebaño y los envió al templo como sacrificio de acción de gracias.

               San Joaquín agradece a Dios por María.            

Al llegar las mujeres de su parentela, Santa Ana proclamó en alta voz alabanzas a Dios porque por fin había hecho realidad las promesas a Adán en el Paraíso de que una mujer descendiente de él aplastaría la cabeza de la serpiente y daría a luz a un hijo que sería la salud de todas las naciones. Luego se acordó de la promesa de Dios a Abraham y la esperanza del Salvador por sus descendientes. Las mujeres oían y contemplaban visiones referentes a las palabras de su parienta Santa Isabel. San Joaquín había recibido de Dios el germen de la bendición para una descendencia pura y Santa Ana pan y vino benditos del templo, antes de la procreación de la Virgen María.

Ana proclama alabanzas a Dios.

En la noche las mujeres se fueron a dormir y Santa Isabel pasó varias horas orando a Dios, frente a varias reliquias de Adán, Abraham, Moisés, José y Tobías. De pronto ve a Santa Ana que recibía en sus brazos a la virgen María, luminosa, que envolvía en pañales y manto y la apretaba contra su corazón. Las mujeres se maravillaron, derramaron lágrimas de alegría y entonaron cánticos de alabanza en acción de gracias. Entonces se vieron multitud de ángeles del cielo que cantaban gloria y aleluya, anunciando que en 20 días la Virgen recién nacida recibiría el Nombre de María. Las mujeres lavaron y arroparon a la Niña para ser vista por las personas que fueran a verla. Los parientes de Ana y Joaquín, siervos y mucha gente fueron a ver a la niña, la cual fue montada en un sitio elevado, en un caballete, para que la pudieran ver mejor.

La pequeña María es mostrada  a la gente.

El nacimiento de la Santísima Virgen María fue dado a conocer en el Cielo, en el Limbo y la naturaleza. En el Cielo estuvo presente frente a la Santísima Trinidad y saludada con júbilo por todos los coros celestiales. La Virgen recién nacida fue instruida en el cielo acerca de los más profundos misterios, de sus alegrías, sus dolores y futuro destino; la virgen niña oía todo enternecida y lloraba de alegría. Su nacimiento también fue anunciado en el Limbo a los santos patriarcas que esperaban ahí, una gran alegría y gozo los inundó porque se había cumplido la promesa hecha en el Paraíso. Esa morada de los patriarcas se hizo más grande y más clara , y recibían mayor influencia sobre los asuntos terrenales.

Anuncio en el Limbo.

En la naturaleza los justos sentían una inexplicable alegría, los animales contentos y se oían armoniosos cantos por doquier. Los pecadores se sintieron tristes y abrumados. En la región de Nazareth los endemoniados se agitaban y corrían desesperados, diciendo "hay que salir". El sacerdote Simeón, que habitaba cerca del templo, pudo escuchar los gritos de locos y posesos. Fue a ver y uno le dijo que había nacido una Virgen y que había tal cantidad de ángeles en la tierra que los atormentaban a ellos y ya no podían poseer a una sola persona más. El endemoniado fue lanzado violentamente en la plaza y se desvaneció. Simeón oró con gran fervor y el demonio salió de la boca del poseso. La profetisa Ana y Noemí, hermana de la madre de Lázaro, fueron despertadas y se enteraron por medio de visiones que había nacido una criatura de predilección.

Manifestación en la naturaleza por María.

En el país de los reyes magos, mujeres videntes anunciaban a los sacerdotes que había nacido una Virgen y que para saludarla habían descendido muchos ángeles del cielo; que otros espíritus malignos se lamentaban por eso. Los Reyes magos observaron en los astros figuras y representaciones del nacimiento. En Egipto, varios ídolos fueron arrojados al mar y despedazados.

En el país de los Reyes, al saber que nace María.

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