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lunes, 26 de octubre de 2015

"El vicio del Maleficio y la virtud del Verdadero Culto a Dios". Visión de Santa Hildegarda de Bingen.

EL VICIO DEL MALEFICIO Y LA VIRTUD DEL VERDADERO CULTO A DIOS

Visión de Santa Hildegarda de Bingen.



El Liber Vitae Meritorum, "Libro de los méritos de la vida" (1158-1163) es una guía de cómo adquirir merecimientos, a fin de evitar o reducir, por medio de la penitencia en esta vida, cualquier posible castigo futuro.


Está dividido en seis partes. En las cuatro primeras un Hombre mira hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales y en la quinta contempla la totalidad del orbe. Las cinco siguen el mismo esquema. En la sexta el Hombre remueve los confines de la tierra, en el sentido que se explica posteriormente. En estas cinco primeras partes, ve y describe un total de 35 imágenes, cada una representa un vicio que hace un parlamento en el que intenta justificar su actuación.









Santa Hildegarda de Bingen nos habla de su visión: "El vicio del Maleficio y la virtud del Verdadero Culto a Dios". El vicio del Maleficio sigue a la frivolidad ya que los hombres sin temor vagan alrededor del territorio del maleficio, con artes diabólicas van a investigar a las criaturas lo que no es esencial, hasta hallar en cualquier sitio lo que quieren saber, abandonando a Dios. Por consiguiente dan su alma al diablo. Muestran dureza y aspereza en el resultado siempre malo del comportamiento y revuelven todo lo que pueden con odio y tiranía, ya que en estas circunstancias no demuestran mansedumbre ni mente tranquila. Arrojan todas sus obras a la suciedad estos hombres transforman todo lo que debería ser su ciencia en caza para conseguir el mal. Mientras los hombres dedican sus estudios a las vanas vanidades, jugando con la frivolidad, acogen con los oídos de su corazón muchísimas sugerencias de males e iniquidades infernales.




Con el vicio del Maleficio abandonan a Dios por las criaturas.




Los espíritus malignos examinan los elementos cuidadosamente, diciendo que los elementos les obedecen, e inducen a los hombres al maleficio. Los incrédulos aceptan las artes persuasorias diabólicas colmados de alegría, rindiéndoles culto y adoración, como si por su medio pudieran conseguir lo que desean. A través de la artes diabólicas realizan sobre diversas criaturas muchos rituales mágicos y hechicerías. Llaman su Dios a lo demoníaco, lo veneran en lugar de Dios. La virtud del Verdadero Culto a Dios se opone al vicio del maleficio, animando a los hombres a estar prevenidos de la inutilidad de ese vicio.



 
Hechicera realizando un Maleficio





Las almas de los que en vida pecaron de Maleficio son atormentados en los infiernos, en un gran pantano hirviente del que emana un terrible hedor, además de otros tormentos aplicados por los demonios. Los que están en el recuerdo de Dios, porque se arrepintieron en vida, serán purificados durante el tiempo establecido por la divina justicia y después irán al cielo. Los que están en el olvido de Dios sufrirán ahí eternamente, con esos y otros tormentos. En vida, para vencer a los espíritus malignos que los inducen al Maleficio y para evitar los castigos futuros por ese vicio, deben vestirse con un vestido áspero y macerarse con ayunos y muy severos azotes. Quien tiene fe lo considera y lo recuerda cuidadosamente para hacer el bien.




Penitencia: vestido áspero, ayunos y muy severos azotes.




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