CREO EN UN SÓLO DIOS, PADRE
TODOPODEROSO, CREADOR DEL CIELO Y
DE LA TIERRA
Artículo 1 del Credo, explicado por Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia Católica
Solo
hay un Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo
el universo, de todo lo visible y lo invisible. Dios eterno, que
siempre ha existido y que todo lo puede hacer con solo desearlo.
Padre amorosísimo, que primero se comunicó eternamente consigo
mismo: en la eterna generación del Verbo Eterno y el Santo Espíritu
de ambos: "La Santísima Trinidad". Después se comunicó
externamente: creando el cielo y la tierra, los ángeles, los
animales y demás seres de la naturaleza y por último al hombre.
Dios providente que todo lo gobierna y controla, aún los actos
humanos para salvación del hombre. Dios omnisciente que todo lo ve,
todo lo sabe, toda la historia del universo está presente ante Él
en un solo instante: el eterno.
La
Divina Providencia gobierna y controla la historia del universo. El
que todo lo creó de la nada es el Señor de todo lo existente, todo
le obedece, basta que el lo deseé para que las criaturas cumplan su
voluntad. Toda la materia le está sometida, "La hoja del árbol
no cae sin la voluntad del señor". Con respecto a los seres
angélicos y el hombre, Dios los dotó del libre albedrío o
capacidad de decisión, para que lo amaran y obedecieran libremente.
Los ángeles buenos decidieron hacerlo así, los ángeles malos que
no obedecieron se hicieron perversos y se alejaron de Dios que es la
suma bondad. En el reino de Dios está la máxima felicidad, el
amor pleno de Dios. Sin Dios no hay amor y sí un odio terrible a
todo, es el destino de Lucifer y sus ángeles malditos. Aún los
mismos demonios obedecen a Dios, para que se cumpla el plan de
salvación que Dios tiene planeado para el hombre, el que deseé
amarlo y seguirlo libremente para poder vivir en su reino celestial.
Los
hombres son inducidos a tener muchos dioses por las siguientes
razones: por la flaqueza humana, por la adulación de los hombres a
reyes y poderosos, por el afecto carnal a hijos y consanguíneos y
por la malicia del diablo.
Dice
san Pablo: "Dios mismo aventaja por mucho a todos los dioses
paganos juntos, que ni existen". También dice en I Cor. 10, 20:
"¡Pero si lo que inmolan los gentiles lo inmolan a los demonios
y no a Dios!". Lo anterior porque son dioses inexistentes,
dioses creados por los hombres y el demonio.
Todas
las cosas fueron creadas por Dios Todopoderoso, sin el nada
existiría, todo lo creó Dios de la nada, por eso es Dios, el que
Es, el Eterno Todopoderoso. Las criaturas angélicas son poderosas
con respecto al ser humano, pero no se comparan con el poder
grandísimo de Dios. Los ángeles buenos y los ángeles malditos son
criaturas, no pueden controlar lo que no crearon, no pueden crear
nada, para hacer algo con la materia existente de la creación divina
necesitan el permiso y el poder de Dios. Por decisión de Dios, los
ángeles malditos cumplirán su nefasta acción sobre la humanidad
pecadora, así Dios sacará cosas buenas de las malas y los que se
decidan por Dios lo amarán libremente al preferir el bien.
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Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra",
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