EL MODO DE ACCIÓN DE LOS ESPÍRITUS
La acción de los espíritus sobre los cuerpos
Reverendo
Padre Dom Bernard-Marie Maréchaux
Mostramos
cómo los ángeles tienen un papel necesario en el gobierno general
del mundo. Dios creó los seres, dispuso las fuerzas, esparciendo las
semillas; los ángeles ponen en juego las fuerzas, vivifican las
semillas, y, entre el antagonismo de los elementos, entre la lucha
por la existencia, conservan las especies, mantienen el equilibrio
del mundo.
Estudiemos
más detenidamente su acción sobre los cuerpos: ¿de cuál
naturaleza es?
El
alma humana es el menor de los seres espirituales; esa es la razón
por la que está comprometida a un cuerpo que vivifica y que mueve.
Su energía vital y motriz se desarrolla toda en ese cuerpo al que
está unida. El sentido común nos obliga a admitir como un
principio fisiológico que no puede actuar a distancia sobre los
cuerpos extraños. Del mismo modo que sus informes se establecen con
los objetos externos por medio de los sentidos, de igual forma su
acción se produce fuera sólo por medio del cuerpo que le sirve de
instrumento. Esto es lo que prueba la unidad del ser humano. El alma
no actúa sola; actúa en el cuerpo y por el cuerpo; o más bien es
el hombre, compuesto de cuerpo y de alma, que actúa, y que actúa
humanamente.
Queremos
hoy establecer, según ciertas experiencias, la acción del alma a
distancia. Es una tesis a la vez contra la razón y contra el
experimento. El alma jamás pudo, por el simple esfuerzo de su
voluntad, transportar un objeto de un lugar a otro. Si fenómeno
igual se produce, hay que ver allí la intervención de una causa que
no es humana. ¿Si el alma tiene el poder de actuar a distancia, por
qué no usa ese poder cada vez que quiere?
Tiene el poder, pero no puede usarlo |
Pero,
dejemos esta cuestión que nos llevaría demasiado lejos; si hacemos
hincapié en el alma humana, es para tener un punto de comparación
que destaque mejor el modo de acción de los ángeles sobre los
cuerpos.
El
alma humana es un espíritu unido a un cuerpo, y cuya virtud se
limita a vivificar y a mover ese cuerpo; el ángel es un espíritu
independiente y libre de toda mezcla material: su actividad como
consecuencia no es atada ni a un cuerpo ni a un punto del espacio, se
ejercita libremente sobre una superficie variable y más o menos
extendida.
Alma humana y Ángel |
El
alma está únicamente en contacto con su cuerpo; el ángel puede
ponerse en contacto con una serie sucesiva de objetos, o incluso
simultáneamente con varios objetos colocados en su esfera de acción.
La
energía del alma, restringida por si misma, es agotada en cierto
modo por el acto sustancial de informar y de vivificar el cuerpo. La
energía del ángel, más grande sin comparación, no siendo empleada
en esta función vital, se despliega toda en fuerza impulsora de
incalculable potencia.
Esta
fuerza impulsora, dependiendo del grado de elevación del ángel que
la posee, se extiende a un número más o menos grande de objetos,
abraza una esfera más o menos amplia. Así, un ángel de orden
superior abrazará la tierra entera en su radio de actividad; otro
alcanzará sólo una serie determinada de objetos. Así es como un
faro, cuyo foco es más potente, extiende su luz en una
circunferencia mayor.
Es
por la aplicación de su potencia de iluminación e impulsora que los
ángeles están ligados a tal o tal lugar. No es su esencia
espiritual que está localizada, es su actividad. No están
incluidos en el lugar donde actúan; lo contienen más bien y lo
envuelven con su influencia y con su brillo (San Tomás).
Cuida la ciudad aunque no esté dentro de ella |
La
prueba de que no están sujetos a un lugar como lo son los objetos
materiales, es que pueden llevar su acción de un punto a otro sin
pasar por los lugares intermedios. No pueden, es verdadero, alcanzar
al mismo instante varios lugares distintos, en una palabra
multiplicarse; pero pueden cambiar de lugar instantáneamente. Y así
el tiempo no es para ellos como para nosotros la duración del
movimiento, sino la sucesión de entornos en los que despliegan su
actividad.
Muy
interesante es la doctrina de san Tomás estableciendo que dos seres
espirituales cualquiera no pueden simultáneamente aplicar su energía
en el mismo lugar determinado. Esto nos muestra que la toma de
posesión de un lugar por un espíritu es algo completo y absoluto;
al pie de la letra lo ocupa, lo circunscribe y lo cumple. Ángel o
demonio, el sitio es bien guardado.
Continuemos
la comparación con el
alma humana. La
voluntad del hombre actúa exteriormente por ese instrumento que es
la mano. El ángel no tiene miembros que sean sus instrumentos
obligados; actúa por la simple aplicación de su voluntad sobre
un objeto. Así un ángel quiere,
siguiendo la expresión del Salvador, transportar una montaña,
detener la
tierra sobre su eje; por la fuerza
de su voluntad, lo haría.
Es
infantil
discutir que
un cuerpo solo puede influir sobre un cuerpo. La virtud espiritual de
los ángeles se ejerce
sobre los objetos materiales, debido a la superioridad de su
naturaleza; toman
probablemente por instrumento, así como lo dijimos, los fluidos
imponderables en los cuales son bañados todos los cuerpos. Los
ángeles no hacen nada sin motivos; podrían, de
ser necesario, alterar
con extrema
facilidad
los mares y los continentes; les basta con mantener toda cosa en su
sitio y en su órbita.
La
acción de los espíritus sobre los cuerpos nos hace hablar de
apariciones de los ángeles bajo forma humana, tan frecuentes en el
Antiguo Testamento. Eran la mayoría de las veces pasajeras; a veces
sin embargo; así como lo muestra la historia de Tobías, se
prolongaban bastante para que el ángel, conversando en medio de los
hombres, diera a todos la ilusión de un personaje realmente humano.
Tobías y su familia con un ángel con aspecto de hombre |
Para
aparecer así, los ángeles se formaban cuerpos, los adaptaban como
un vestido, se servían de ellos como de un instrumento, pero no
contraían con ellos una unión sustancial como es la unión de
nuestra alma con su cuerpo. Simplemente eran pues los motores de esos
cuerpos de préstamo; no ejercían propiamente en ellos función
vital; una vez cumplida
su misión, los
cambiaban
en los elementos materiales de los cuales los habían sacado.
Tal es la enseñanza de la teología sobre estas
conmovedoras epifanías de espíritus celestes.
Para
ver el video: "La acción de los espíritus sobre los cuerpos",
del libro: "Ángeles y demonios", del Reverendo Padre Dom
Bernard-Marie Maréchaux dar clic en la siguiente figura:
VIDEO:
BIBLIOGRAFÍA:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.