"Remordimientos del condenado". Meditación 28 de San Alfonso María de Ligorio.

REMORDIMIENTOS DEL CONDENADO

San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia.

San Alfonso María de Ligorio nos dice en su Meditación 28: "Remordimientos del condenado", del gusano de la conciencia que no abandonará jamás al condenado: piensa en lo poco que debió hacer para salvarse y no lo hizo, en los placeres prohibidos que disfrutó por unos instantes y que lo condujeron a la pérdida de Dios y a tormentos tan terribles por toda la eternidad, en la cortedad de su vida y el poco tiempo de placer.

Tendrán toda la eternidad para
 acordarse constantemente de
sus pecados y lo que pudo
 salvarlos de la condenación.

El mayor remordimiento de los condenados es el considerar el más grande bien que han perdido: Dios. Será la más grave pena para ellos porque ya no tienen a Dios en sus almas dándoles sus dulces consuelos, solo un odio terrible a Dios y a todo por tan grande ausencia. Esa pérdida de Dios es más terrible para ellos que las temibles llamas y tormentos del infierno. Perdió la gloria y a Dios no por la maldad de otros sino por culpa propia... pudo haber sido eternamente dichoso y por su decisión se hundió en ese abismo de males que padece y que no terminará jamás. Verá que muchos de sus amigos se salvaron haciendo lo que el no quiso hacer, no quiso imitarlos y ahora está en el infierno.

Víctimas de la ira. Si alguno de ellos muere peleando, odiando,
queriendo matar a su enemigo... su destino es el infierno, por no
cumplir lo que nuestro Señor  pide en sus Mandamientos.

Perdieron a Dios por culpa
propia... pudieron ser
eternamente dichosos.

El pecador debe acordarse del infierno y sus terribles penas cuando sea tentado por el demonio. Ese pensamiento le hará acordarse de Dios y de la Santísima Virgen María para que le ayuden a liberarse de la tentación. Dios no abandona a los que se acuerdan de Él y los ayuda con su gracia; María es refugio de pecadores y no se conoce de nadie que se haya perdido si claman a ella con oraciones y piadosos ofrecimientos.

Solo en Cristo hay salvación... pero debemos
pedirlo con humildad y arrepentidos de
 nuestros pecados.

María, Refugio de pecadores.

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Meditación escrita 28 de San Alfonso María de Ligorio: "Remordimientos del condenado".

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"Remordimientos del condenado", Medutación 28 de San Alfonso María de Ligorio.