DE LA PERSEVERANCIA
Meditación 31 de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia
San
Alfonso María de Ligorio nos habla en su Meditación 31: "De la
Perseverancia", que es la constancia en la virtud y
mantenimiento de la gracia hasta la muerte. Nuestro Señor Jesucristo
promete el cielo a aquellos que lo aman y perseveran hasta el fin; no
porque seamos creyentes, cristianos, pensemos que ya tenemos el cielo
asegurado, sin esforzarnos siempre por lograrlo. Hay varios ejemplos
en la Biblia de personas que creyeron en Dios y empezaron bien, pero
se dejaron seducir por el pecado y no fueron siempre fieles a Dios,
murieron y están en el infierno: el Rey Saul, Judas. Aunque un
cristiano sea justo por muchos años, si llega un momento en que se
deja seducir por Satanás, comete tan solo un pecado grave y tiene la
desgracia de morir sin arrepentirse de haber ofendido a Dios, se verá
arrojado al infierno por no haber cumplido enteramente sus
Mandamientos; toda una vida de virtud no sirve si en algún momento
pecamos y morimos alejados de la gracia de Dios... para evitarlo
debemos orar siempre y pedir a Dios la gracia de la perseverancia
final, la Santísima Virgen María ayuda con su intercesión si se lo
rogamos. Si alguno es católico practicante: frecuenta los
sacramentos, tiene varias devociones y reza el rosario, va a misa
frecuentemente, comulga... y si de repente deja esas piadosas
prácticas, se verá gravemente acosado por el demonio y no le será
fácil volver al camino de la virtud, su alma estará en gran peligro
de condenación porque Satanás y varios espíritus malignos más,
difícilmente dejarán que su presa retorne al camino de Dios. Los
más tentados por el demonio son aquellos que se encuentran en gracia
de Dios.
Ha perseverado orando a Dios y cumpliendo sus Mandamientos desde niña. |
Tentaciones de San Antonio Abad siendo ermitaño en el desierto. Satanás es capaz de llevar a hermosas mujeres infernales para perder a los santos con la lujuria. |
Otro
gran enemigo del alma y peor que el demonio es el mundo. Para alejar
al demonio basta pedir la ayuda divina y orar con fervor, no sucede
igual con el mundo, los pecadores no se alejan, más insisten. El
pecador no puede ver que los otros no sean como él, quiere que los
demás sean pecadores para tranquilizar su conciencia; si esta cerca
de alguien virtuoso se ve atormentado por su conciencia,
inmediatamente busca convencerlo para que no sea tan santo, tan
hipócrita, ese ministro de Satanás se burla de él para inducirlo
al pecado y no pocos se dejan llevar por sus malignas palabras y
pecan. Una persona que esta en gracia de Dios tendrá muchas
tentaciones del mundo, amigos que no llevan una vida de virtud lo
buscarán para mostrarle como disfrutar de los placeres. Por esta
razón muchos santos buscaron lugares solitarios para vivir orando,
purificar sus almas de sus pecados y no ser víctimas de nefastas
influencias que los obligaran a olvidarse de Dios... huyeron de las
ocasiones de pecar. Aquél que deja los caminos de Dios por el mundo
será cegado por el demonio y abandonado de Dios si persiste en sus
pecados; su ruina será peor porque no recibirá la ayuda de la
gracia divina si no desea dejar de pecar.
El pecador empieza con confidencias de sus pecados, hasta llegar a convencer a sus amigos virtuosos de hacer lo mismo. |
Pecando... siguiendo el camino del infierno. |
Gran
enemigo del alma es la carne. Aquél que probó los placeres
sensuales y que por su estilo de vida se encuentra alejado de Dios,
caerá fácilmente si no evita las ocasiones de pecar, si no deja de
ir a aquél sitio de pecado, si sigue frecuentando a aquél amigo que
ha estado hundido en los placeres de la carne, si no pone una venda a
sus ojos para no seguir viendo imágenes sensuales del mundo que le
rodea. Para evitar caer en el vicio de la lujuria debe considerar
seriamente lo anterior y además hacer lo siguiente: recuperar la
gracia de Dios con la confesión y comunión frecuente, ir a misa
diariamente, meditar sobre las verdades eternas, orar y rogar a Dios
cada día, tener lecturas espirituales, ayunar, tener devociones
diarias, pedir a Dios la gracia de la perseverancia final e invocar a
Jesús y María con frecuencia.
Los pecados de la carne... es muy fácil caer en ellos, hasta llegar a la lujuria. |
Con Dios, orando siempre. |
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31 de San Alfonso María de Ligorio: "De la Perseverancia",
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"De la Perseverancia", dar clic en la siguiente imagen:
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