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martes, 7 de noviembre de 2017

"De la Perseverancia". Meditación 31 de San Alfonso María de Ligorio.

DE LA PERSEVERANCIA


Meditación 31 de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia




San Alfonso María de Ligorio nos habla en su Meditación 31: "De la Perseverancia", que es la constancia en la virtud y mantenimiento de la gracia hasta la muerte. Nuestro Señor Jesucristo promete el cielo a aquellos que lo aman y perseveran hasta el fin; no porque seamos creyentes, cristianos, pensemos que ya tenemos el cielo asegurado, sin esforzarnos siempre por lograrlo. Hay varios ejemplos en la Biblia de personas que creyeron en Dios y empezaron bien, pero se dejaron seducir por el pecado y no fueron siempre fieles a Dios, murieron y están en el infierno: el Rey Saul, Judas. Aunque un cristiano sea justo por muchos años, si llega un momento en que se deja seducir por Satanás, comete tan solo un pecado grave y tiene la desgracia de morir sin arrepentirse de haber ofendido a Dios, se verá arrojado al infierno por no haber cumplido enteramente sus Mandamientos; toda una vida de virtud no sirve si en algún momento pecamos y morimos alejados de la gracia de Dios... para evitarlo debemos orar siempre y pedir a Dios la gracia de la perseverancia final, la Santísima Virgen María ayuda con su intercesión si se lo rogamos. Si alguno es católico practicante: frecuenta los sacramentos, tiene varias devociones y reza el rosario, va a misa frecuentemente, comulga... y si de repente deja esas piadosas prácticas, se verá gravemente acosado por el demonio y no le será fácil volver al camino de la virtud, su alma estará en gran peligro de condenación porque Satanás y varios espíritus malignos más, difícilmente dejarán que su presa retorne al camino de Dios. Los más tentados por el demonio son aquellos que se encuentran en gracia de Dios.



Ha perseverado orando  a Dios  y  cumpliendo
   sus Mandamientos desde niña. 



Tentaciones de San Antonio Abad siendo ermitaño en el desierto.
Satanás es capaz de llevar a hermosas mujeres infernales para
perder a los santos con la lujuria.




Otro gran enemigo del alma y peor que el demonio es el mundo. Para alejar al demonio basta pedir la ayuda divina y orar con fervor, no sucede igual con el mundo, los pecadores no se alejan, más insisten. El pecador no puede ver que los otros no sean como él, quiere que los demás sean pecadores para tranquilizar su conciencia; si esta cerca de alguien virtuoso se ve atormentado por su conciencia, inmediatamente busca convencerlo para que no sea tan santo, tan hipócrita, ese ministro de Satanás se burla de él para inducirlo al pecado y no pocos se dejan llevar por sus malignas palabras y pecan. Una persona que esta en gracia de Dios tendrá muchas tentaciones del mundo, amigos que no llevan una vida de virtud lo buscarán para mostrarle como disfrutar de los placeres. Por esta razón muchos santos buscaron lugares solitarios para vivir orando, purificar sus almas de sus pecados y no ser víctimas de nefastas influencias que los obligaran a olvidarse de Dios... huyeron de las ocasiones de pecar. Aquél que deja los caminos de Dios por el mundo será cegado por el demonio y abandonado de Dios si persiste en sus pecados; su ruina será peor porque no recibirá la ayuda de la gracia divina si no desea dejar de pecar.




El pecador empieza con confidencias de sus
 pecados, hasta llegar a convencer a sus
amigos virtuosos de hacer lo mismo.



Pecando... siguiendo el
 camino del infierno.





Gran enemigo del alma es la carne. Aquél que probó los placeres sensuales y que por su estilo de vida se encuentra alejado de Dios, caerá fácilmente si no evita las ocasiones de pecar, si no deja de ir a aquél sitio de pecado, si sigue frecuentando a aquél amigo que ha estado hundido en los placeres de la carne, si no pone una venda a sus ojos para no seguir viendo imágenes sensuales del mundo que le rodea. Para evitar caer en el vicio de la lujuria debe considerar seriamente lo anterior y además hacer lo siguiente: recuperar la gracia de Dios con la confesión y comunión frecuente, ir a misa diariamente, meditar sobre las verdades eternas, orar y rogar a Dios cada día, tener lecturas espirituales, ayunar, tener devociones diarias, pedir a Dios la gracia de la perseverancia final e invocar a Jesús y María con frecuencia.



Los pecados de la carne... es muy fácil
caer en  ellos, hasta llegar a la lujuria.



Con Dios,  orando siempre.




Para leer el e-book, imprimir o descargar el archivo pdf, de la Meditación 31 de San Alfonso María de Ligorio: "De la Perseverancia", dar clic en la siguiente imagen:








Para ver el video de la Meditación 31 de San Alfonso María de Ligorio: "De la Perseverancia", dar clic en la siguiente imagen:



VIDEO:



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