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lunes, 6 de noviembre de 2017

"De la Oración". Meditación 30 de San Alfonso María de Ligorio.

DE LA ORACIÓN


Meditación 30 de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia.




San Alfonso María de Ligorio nos dice en su Meditación 30: "De la Oración", que debemos dirigirnos a Dios con la oración continua para así alcanzar su misericordia y nos comunique sus bienes por su bondad infinita. La oración es comunicación con Dios, es alabanza al sumo bien y creador de todo, es acción de gracias a nuestro amoroso redentor; es pedir la intercesión de María Santísima, Ángeles y Santos, que son los que están en presencia de Dios para que nos alcancen un favor que tanto ocupamos. Nuestro Señor Jesucristo nos ha dicho en los evangelios que todo aquello que pidamos en su nombre nos será concedido por el Padre celestial. Pidamos las gracias espirituales que son las que más necesita nuestra alma para la salvación eterna, no nos pasemos pidiendo cosas materiales que tal vez la perjudiquen y nos hundan más en el pecado.





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Orar siempre, desde pequeños. Así se
 alcanzan las gracias de Dios para
 santificarnos y llegar al cielo.






La persona que hace oración se salva y la que no lo hace se condena. La oración es salud para el alma, sin ella esta muerta. Dios concede la salvación y derrama sus gracias sobre aquellos que se lo piden, se humillan ante Él y le piden perdón por ofenderlo continuamente con el pecado; los que no lo hacen están perdidos pues Dios tiene abundantes gracias preparadas para aquellos que lo aman y piden. Con la oración Dios limpia nuestras almas de las manchas de los muchísimos pecados veniales que cometemos, el que no ora ensucia su alma con ellos y con el tiempo se pueden hacer pecados mortales, si no es que ya los comete. Será un gran remordimiento de conciencia para el condenado en el infierno al saber que fácilmente, orando, pudo salvarse.





Santa María Magdalena penitente. Pasó muchos
 años arrepentida de sus pecados y orando para
 obtener  la gracia del perdón de Dios.





Para alcanzar las gracias de Dios se debe orar con humildad, sin soberbia, sin exigencias, pidiendo y rogando al Dios altísimo. Se debe orar con total confianza a Dios, como Padre nuestro que es debemos pedirle con la confianza con que un hijo recurre a su padre, pidámosle confiadamente teniendo viva fe en que lo conseguiremos. Por la misericordia de Dios, el justo y el pecador, obtienen lo que se pide en la oración. Dios concede las gracias temporales de este mundo solo si sirven para la salvación de nuestras almas; en lugar de pedir salud y dinero, que son los que pueden perder al alma, roguemos a Dios por la gracia de la perseverancia final, amor a Dios, perdón de nuestros pecados, fortaleza, etc. No cesemos de orar nunca, el enemigo del alma odia al que se acoge a Dios con la oración y no puede atacarlo para someterlo con el pecado; aquél que ora por un tiempo y después se olvida de hacerlo es atacado ferozmente por el enemigo infernal, con muchos espíritus malignos, hasta hacerlo caer en pecados gravísimos de los cuales no podrá salir nuevamente sin la ayuda de Dios.





San Roque orando, rogando a la 
Virgen para detener la epidemia.






Para leer el e-book, imprimir o descargar el archivo pdf, de la meditación 30 de San Alfonso María de Ligorio: "De la Oración", dar clic en el siguiente enlace:







Para ver el video de la Meditación 30 de San Alfonso María de Ligorio: "De la Oración", dar clic en la siguiente imagen:



VIDEO:


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