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jueves, 8 de diciembre de 2016

"Como podemos rezar con éxito por las almas de los difuntos", Revelaciones de Santa Matilde de Hackeborn.

   

REVELACIONES DE SANTA MATILDE DE HACKEBORN



EL LIBRO DE LA GRACIA ESPECIAL




QUINTA PARTE


CAPÍTULO XVIII




19. Como podemos rezar con éxito por las almas de los difuntos.





Un día que había comulgado y ofrecido a Dios la Hostia preciosa para la liberación de almas, la remisión de sus pecados y la reparación de sus negligencias, el Señor le dice: "Reza por ellas el Padrenuestro en unión con la intención que tuve saliendo de mi Corazón para enseñárselo a los hombres. " Al mismo tiempo la inspiración divina le reveló lo que sigue:


Para las primeras palabras: "Padre Nuestro que estás en los cielos", debemos pedir para las almas el perdón de la falta cometida hacia un Padre tan adorable y tan amable. Su bondad, en efecto, a elevar a los hombres a tal honor de que son nombrados y son en realidad los hijos de Dios. Ellos, al contrario, no aman y reverencian a Dios; no le han dado el honor que se le debe; le tienen frecuentemente irritado por los mismos pecados que hieren su corazón, donde había resuelto reinar como en su cielo. Rogamos entonces en unión de esta amorosa satisfacción ofrecida por ellos por su hermano inocente Jesucristo, de modo que el Padre reciba en reparación del pecado, el amor del Corazón divino con el honor y la reverencia que le han sido dados por el Dios hecho hombre.





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Jesús enseña el Padre nuestro

 



"Santificado sea tu nombre", en reparación de que los hombres no han respetado el nombre de Dios, el nombre de tal Padre; de que lo tomaron en vano o demasiado a menudo olvidado, y se hicieron indignos, por su vida depravada, de ser llamados con el nombre de cristianos, lo que tenían del Cristo. Pedimos entonces al Padre dignarse aceptar la tan perfecta santidad con la cual el Hijo exaltó su nombre en todos sus discursos, y lo honró con todos los actos de su santa Humanidad.


"Venga a nosotros tu reino." Con estas palabras Jesucristo tenía la intención de pedir el perdón para las almas que no tenían bastante deseó del reino de Dios, ni aspiraron al mismo Dios quién quiere ser buscado diligentemente, porque solo Él es el verdadero descanso y la alegría eterna. Rogamos entonces al Padre aceptar el muy santo deseo que siente su amable Hijo de tener aquellos para herederos de su reino, y de reparar por su amor la tibieza que mostraron por el bienestar.





Jesús y el joven rico que mostró tibieza para seguirlo





"Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo." Los hombres no han preferido la voluntad de Dios a la suya, ellos no le han amado en todas las cosas. Pedimos entonces al Padre olvidar esta desobediencia, en virtud del muy amado Corazón de su Hijo unido con el suyo por la muy pronta sumisión que le hizo obediente hasta la muerte. Ella conoció en particular que las personas religiosas pecan mucho contra estas palabras: hágase tu voluntad, etc... porque raramente ofrecen su voluntad a Dios; y, cuando ellas la han ofrecido, a menudo se la retiran. Por eso es muy necesario mencionarles esta demanda, porque su negligencia los retiene después de la muerte en un gran alejamiento de Dios.


"Danos hoy nuestro pan de cada día." Muchas almas no han recibido el muy noble y tan provechoso sacramento de la Eucaristía con bastante deseo, de devoción y de amor, y fueron indignas de él; un número más grande todavía lo tiene sólo raramente o jamás lo han recibido. Rogamos al Padre que acepte el amor iluminado, el inefable deseo, la gran santidad y la devoción que tenía Jesucristo su Hijo cuando nos hizo este don supremo.


"Y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden." A estas palabras debemos pedir perdón por todas las faltas cometidas por las almas, es decir por los siete pecados capitales y todos aquellos que derivan de ellos, implorar también el perdón para los que se negaron a amar a sus adversarios y a reconciliarse con ellos, y en fin suplicar a Dios aceptar la oración tan amorosa de su Hijo por sus enemigos.





Almas en el Purgatorio






"Y no nos dejes caer en tentación": es decir perdona a esas almas de no haber resistido a los vicios y a la concupiscencia, y de estar voluntariamente implicadas en el dolor cediendo al diablo y a la carne. Rogamos que el Padre celestial acepte, en reparación de todas estas faltas, la gloriosa victoria que Cristo obtuvo sobre el diablo y el mundo, de aceptar toda entera su muy santa vida con sus trabajos y sus sufrimientos, y por fin le pedimos librar esas almas de todo dolor y de conducirlas al reino de gloria que es Él mismo. Amen.


Cuando hubo recitado la Oración dominical a las antedichas intenciones, vio una gran multitud de almas dar gracias a Dios por su liberación, con una alegría extrema. (1)




Almas liberadas agradeciendo





Para ver el video de la Revelación de Santa Matilde de Hackeborn: "Como podemos rezar con éxito por las almas de los difuntos", dar click en la siguiente imagen:




VIDEO:





BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:

  1. Maison Alfred Mame et fils (1921) "Le Livre de la Gratia Espéciale Révélationes de Sainte Mechtilde" (nouvelle édition, revue et corrigée. Tours et Paris


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