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sábado, 5 de agosto de 2017

"La acción de los espíritus sobre las almas". Rev. Padre Dom Bernard-Marie Maréchaux

EL MODO DE ACCIÓN DE LOS ESPÍRITUS


La acción de los espíritus sobre las almas

Reverendo Padre Dom Bernard-Marie Maréchaux





El alma humana no puede actuar directamente y sin intermediario en otra alma humana. Todavía una verdad de sentido común que todos los sofismas del mundo no pueden derribar. Por mucho que quiera comunicarle mi pensamiento a tal persona; mi voluntad no basta para efectuar esa comunicación.





Al igual que el alma actúa sobre los cuerpos extraños a través de su propio cuerpo, y de ese admirable instrumento que se nombra la mano; del mismo modo ella se pone en contacto con las almas, sus hermanas, unidas como ella con un cuerpo, a través de ese otro instrumento aún más maravilloso que se nombra la voz y la palabra.

En el hombre, ser compuesto por espíritu y materia, es necesario que el pensamiento se materialice en la voz; o generalmente en un signo cualquiera, para que pueda transmitirse. Esto nos trae a la memoria los bellos versos del poeta, hablando de almas:

Y los llantos y los cantos son las voces inmortales
De esas hijas de Dios que se llaman entre ellas.

Los pensamientos se expresan por la palabra, simple, rítmica cantada; los sentimientos se expresan, a falta de la palabra, por los llantos y por la risa. El cuerpo se hace así de una vez el intérprete y el espejo del alma.



Estas 2 almas se comunican hablando


¿Cómo el ángel, ser incorpóreo, comunica su pensamiento? Es necesario que pueda comunicarlo espiritualmente, directamente, sin intermediario; y es, en efecto, lo que la teología nos enseña acerca de estos espíritus puros. Uno de ellos quiere transmitir su pensamiento a otro, basta que lo dirija a él por un esfuerzo de voluntad, para que éste lo reciba y tome conocimiento. Y cuando decimos esfuerzo, no nos referimos a un acto penoso, sino solamente un acto deliberado y deseado. Sucede así una comunicación de pensamientos; hay, como dice san Pablo, una lengua para uso de los ángeles: lengua viva como un cruzamiento de luz, límpida como una mirada recíproca, profunda como una intuición mutua. Los ángeles pueden contener su pensamiento en si mismos; y entonces es impenetrable a otros ángeles. Para manifestarlo, les basta con querer; y lo manifiestan a quien quieren.



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Ellos se comunican espiritualmente, sin hablar, por un simple esfuerzo

¿Pero cuál será su modo de comunicación con los hombres? El hombre no puede recibir comunicación directa del pensamiento de un ángel como del pensamiento de uno de sus semejantes. Su inteligencia es incapaz de percibir un pensamiento, que no le sea presentado de forma sensible. No puede entrar en el concierto intelectual de los espíritus angélicos.

¿Cómo pues el ángel hará para entrar en relación con el alma humana? ¿Se servirá de palabras sensibles que formará en los aires, como Dios las hacía resonar en los oídos de Moisés e incluso en todo el pueblo de Israel? No, esta forma exteriormente sensible del lenguaje humano no se le impone. Directamente podrá dirigirse a la imaginación del hombre, y formar allí imágenes y signos que serán el vehículo de su pensamiento.



Sin palabras, sin pensamientos. Actúan en la imaginación


Observemos, en efecto, la constitución, si se puede así hablar, del alma humana. Hay en ella una parte que sobrepasa al cuerpo: es la parte intelectual, la inteligencia y la voluntad. Hay una parte que confina el cuerpo: es la parte sensible, la imaginación y la sensibilidad. La parte superior e intelectual está absolutamente cerrada a los ángeles: solo Dios puede poner directamente un pensamiento en nuestra inteligencia, afectar, y cambiar directamente nuestra voluntad al principio. El ángel tiene acceso sólo en la parte sensible donde se forman las representaciones, la imaginación y los sueños.

Y aún observemos ahora mismo que no penetra, hablando con propiedad, incluso en esta parte del alma; se insinúa por la sutileza de la naturaleza en lo que en el cuerpo afecta mucho más cerca al alma, y por ahí fomenta en ella ciertas representaciones imaginativas que constituyen un verdadero lenguaje, no de sonidos articulados, sino de impresiones hábilmente calculadas.



Protección espiritual y comunicación sensible


Este procedimiento no tiene nada que deba sorprendernos, si observamos lo que pasa en nosotros. Las imágenes de las cosas exteriores, que recibimos por la vía de los sentidos, van a imprimirse en el cerebro; son representativas de las ideas, también van dirigidos, después de haber impactado nuestros oídos, a imprimirse en el órgano cerebral. El cerebro es un directorio completo de impresiones imaginativas y de signos fonéticos correspondientes a las ideas; es un teclado donde todas las notas socavan la imaginación y de ahí se reflejan en la inteligencia. ¡No es de extrañar que el ángel, ser espiritual, viene a tocar este teclado interior, y excita así en nuestra alma un mundo de sentimientos e ideas! Esto nos hace comprender las tentaciones que proceden de los espíritus malignos, ellos pueden, en un abrir y cerrar de ojos, excitar una tormenta interior, ellos alterarían nuestra alma si Dios no pone orden; un artista hábil consigue bien trasportar, y hasta a veces enloquecer su auditorio, solo actuando sobre el órgano de la audición.

Sentimos la necesidad de apoyar en una autoridad la doctrina que exponemos. San Tomás va a proporcionárnosla. El dice expresamente que los ángeles actúan en nosotros por los impulsos dados a los espíritus vitales y a los humores, per motum localem spirituum et humorum. En lugar de estos términos antiguos, ponga las expresiones de la ciencia moderna que, en el fondo, significan lo mismo; dice que los ángeles estremecen el sistema nervioso, actúan sobre la sustancia cerebral, y por ahí excitan la imaginación y remueven las ideas: usted tiene el pensamiento de San Tomás en confirmación de nuestra tesis. (Sum. Prima Pars, q. CXL, art. 3)

La Santa Escritura proporciona a esta misma tesis un apoyo decisivo, cuando nos dice, por ejemplo, que un ángel se aparece en sueños a San José, Mateo, capítulo 1, versículo 20. he aquí un ángel que excita un sueño, que se agrega a un sueño, que aparece en un sueño, es decir que se manifiesta a la imaginación interiormente. Esta aparición implica evidentemente una acción muy sutil sobre el alma. Esta acción puede calificarse a la vez de interna y externa; es interna, en que se produce dentro de nosotros mismos y sin golpear los sentidos exteriormente; y sin embargo, es externa al alma, en que no surge dentro del alma, sino que proviene de imágenes que le son presentadas.



Anton Raphael Mengs - The Dream of St. Joseph - Google Art Project.jpg
Se manifiesta a la imaginación interiormente, en sueño


Retengamos bien esta distinción. El ángel no actúa directamente en nuestra alma y sobre nuestra alma; pero el nos habla un lenguaje simplificado que se dirige a nuestra imaginación sin pasar por nuestros sentidos.

Si él puede hablarnos de este modo, él también puede excitar nuestras pasiones. Desde este punto de vista su poder es muy terrible. Se tratará más adelante.



Fallen Angel (Alexandre Cabanel).jpg
El ángel también puede excitar nuestras pasiones




Para ver el video: "La acción de los espíritus sobre las almas", del libro: "Ángeles y demonios", del Reverendo Padre Dom Bernard-Marie Maréchaux dar clic en la siguiente figura:




VIDEO:



BIBLIOGRAFÍA:


R. P. Dom Bernard-Marie Maréchaux, Ángels et Demons, Avec approbation des Supérieurs de la Congrégation olivétaine

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