ENGAÑOS QUE EL ENEMIGO SUGIERE AL PECADOR
Meditación
23 de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia.
San
Alfonso María de Ligorio nos habla en su meditación 23: "Engaños
que el enemigo sugiere al pecador", acerca de los engaños que
Satanás sugiere al pecador. Al que apenas acaba de confesarse le
tienta para que no deje de realizar los mismos pecados. Al pecar
queda condenado, desobedece a Dios y a su valiosísima alma la arroja
al infierno, por un placer vil, pensando que después tendrá tiempo
para confesarse y como si nada hubiera hecho: primer engaño del
demonio. Para confesarse se requiere verdadero arrepentimiento por
haber ofendido a Dios y Dios puede no concederle ese don y el tiempo
necesario para ir a confesión, si Dios lo permite puede morir en el
mismo momento que realiza el pecado; este engaño ha llevado a
millares y millares de almas al infierno.
El pecador no demuestra arrepentimiento al realizar los mismos pecados. |
El
segundo engaño del demonio es que quizás el pecador no pueda
resistir a la tentación. Dios no pide cosas imposibles, si resiste
el mismo instante de la tentación el Señor ayuda con su gracia. Si
cree que la tentación es muy fuerte, que pida mayores gracias a Dios
para no cometer el pecado.
Satanás envía a hermosas mujeres condenadas en el infierno para tentar al santo con los pecados de lujuria. |
El
tercer engaño que el diablo sugiere al pecador es que el Señor es
Dios de misericordia, muchos se han condenado al confiar
temerariamente que serán perdonados. El señor es misericordioso
pero también es justo: perdona a los que le temen y castiga a los
que le ofenden. El que peca pensando que después se arrepentirá
hace burla y menosprecio de Dios, así solo encontrará la justicia
divina y no su misericordia; Dios no puede perdonar esa voluntad
perversa de pecar.
Engaño del demonio: roban por necesidad y pensando que Dios las perdonará. |
El
cuarto engaño del enemigo infernal es sugerirle al pecador que Dios
fue misericordioso en la vida pasada y que igual puede serlo en lo
futuro. Si Dios ha sido paciente con el pecador que no se confié
porque puede agotarse la paciencia divina, cumplirse el número de
pecados que Dios le perdonará y castigarle fuertemente por haberle
sido infiel tanto tiempo.
Peca por pereza: daña a su cuerpo y a su alma, no hace el bien que debería hacer. Aún así confía en que Dios lo perdonará si deja de ser perezoso. |
El
quinto engaño del demonio es el sugerirle al pecador que piense que
es joven, que tiene que disfrutar de la vida y que después se
arrepentirá, que Dios se compadece de él. El Señor cuenta los
pecados cometidos, no los años que tiene el pecador pecando. Sufre
con paciencia al pecador, pero cuando se llega al límite de los
pecados que Dios le ha de perdonar, lo castiga enviándole la muerte
repentina o le abandona en su pecado que es peor condenación para
él. La conciencia del pecador se endurece en el pecado y pierde todo
temor: no piensa ni en Dios ni el infierno. El pecador obstinado mal
se hallará en su último aliento, encontrará un triste y terrible
destino en el infierno.
Se hacen pecadores desde muy jóvenes, el pecador obstinado encuentra un terrible fin en el infierno. |
Para
leer el e-book, imprimir o descargar el archivo pdf, de la Meditación
escrita 23 de San Alfonso María de Ligorio: "Engaños que el
enemigo sugiere al pecador", dar clic en el siguiente enlace:
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"Engaños que el enemigo sugiere al pecador", dar clic en
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