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martes, 24 de octubre de 2017

"Engaños que el enemigo sugiere al pecador", Meditación 23 de San Alfonso María de Ligorio.

ENGAÑOS QUE EL ENEMIGO SUGIERE AL PECADOR


Meditación 23 de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia.



San Alfonso María de Ligorio nos habla en su meditación 23: "Engaños que el enemigo sugiere al pecador", acerca de los engaños que Satanás sugiere al pecador. Al que apenas acaba de confesarse le tienta para que no deje de realizar los mismos pecados. Al pecar queda condenado, desobedece a Dios y a su valiosísima alma la arroja al infierno, por un placer vil, pensando que después tendrá tiempo para confesarse y como si nada hubiera hecho: primer engaño del demonio. Para confesarse se requiere verdadero arrepentimiento por haber ofendido a Dios y Dios puede no concederle ese don y el tiempo necesario para ir a confesión, si Dios lo permite puede morir en el mismo momento que realiza el pecado; este engaño ha llevado a millares y millares de almas al infierno.




El pecador no demuestra
arrepentimiento al realizar
los mismos pecados.



El segundo engaño del demonio es que quizás el pecador no pueda resistir a la tentación. Dios no pide cosas imposibles, si resiste el mismo instante de la tentación el Señor ayuda con su gracia. Si cree que la tentación es muy fuerte, que pida mayores gracias a Dios para no cometer el pecado.




Satanás envía a hermosas mujeres condenadas en el
 infierno para tentar al santo con los pecados de lujuria.



El tercer engaño que el diablo sugiere al pecador es que el Señor es Dios de misericordia, muchos se han condenado al confiar temerariamente que serán perdonados. El señor es misericordioso pero también es justo: perdona a los que le temen y castiga a los que le ofenden. El que peca pensando que después se arrepentirá hace burla y menosprecio de Dios, así solo encontrará la justicia divina y no su misericordia; Dios no puede perdonar esa voluntad perversa de pecar.



Engaño del demonio: roban por
necesidad y pensando que Dios las
 perdonará.



El cuarto engaño del enemigo infernal es sugerirle al pecador que Dios fue misericordioso en la vida pasada y que igual puede serlo en lo futuro. Si Dios ha sido paciente con el pecador que no se confié porque puede agotarse la paciencia divina, cumplirse el número de pecados que Dios le perdonará y castigarle fuertemente por haberle sido infiel tanto tiempo.



Peca por pereza: daña a su cuerpo y a su alma,
no hace el bien que debería hacer. Aún así confía
en que Dios lo perdonará si deja de ser perezoso.




El quinto engaño del demonio es el sugerirle al pecador que piense que es joven, que tiene que disfrutar de la vida y que después se arrepentirá, que Dios se compadece de él. El Señor cuenta los pecados cometidos, no los años que tiene el pecador pecando. Sufre con paciencia al pecador, pero cuando se llega al límite de los pecados que Dios le ha de perdonar, lo castiga enviándole la muerte repentina o le abandona en su pecado que es peor condenación para él. La conciencia del pecador se endurece en el pecado y pierde todo temor: no piensa ni en Dios ni el infierno. El pecador obstinado mal se hallará en su último aliento, encontrará un triste y terrible destino en el infierno.




Se hacen pecadores desde muy jóvenes,
 el pecador obstinado encuentra
 un terrible fin en el infierno.




Para leer el e-book, imprimir o descargar el archivo pdf, de la Meditación escrita 23 de San Alfonso María de Ligorio: "Engaños que el enemigo sugiere al pecador", dar clic en el siguiente enlace:






Para ver el video de la meditación 23 de San Alfonso María de Ligorio: "Engaños que el enemigo sugiere al pecador", dar clic en el siguiente enlace:



VIDEO:

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