CONDENACIÓN DE UN PECADOR QUE NO QUERÍA DEJAR EL PECADO, REVELACIONES DE SANTA BRÍGIDA DE SUECIA
La
acusación del Hijo sobre cierta alma que se iba a condenar ante la
presencia de la novia, y la respuesta de Cristo al demonio acerca de
por qué permitió a esta alma y a otros malhechores tocar o recibir
su verdadero cuerpo.
Libro
2, Capítulo 2
Dios
se mostró enojado y dijo: “Esta obra de Mis manos, la cual destiné
para gran gloria, me desprecia mucho. Esta alma, a quien le ofrecí
todo mi amoroso cuidado, me hizo tres cosas: Desvió sus ojos de Mí
y los volvió hacia el enemigo. Fijó su voluntad en el mundo. Puso
su confianza en sí mismo, porque tenía la libertad de pecar contra
mí. Por esta razón, porque no se molestó en tener ninguna
consideración por mi, ejercí mi repentina justicia sobre él.
Porque había fijado su voluntad contra Mí y había depositado una
falsa confianza en sí mismo, le arrebaté el objeto que anhelaba.”
Entonces un demonio gritó, diciendo: “Juez, esta alma es mía.”
El Juez contestó: “¿Qué argumentos tienes contra ella?”
Respondió: “Mi acusación es la declaración en tu propia
denuncia, que él te despreció, su Creador, y debido a eso su alma
se ha vuelto mi sirviente.
Además,
puesto que fue llevado repentinamente, ¿cómo podría empezar
repentinamente a agradarte?. Ya que, cuando tenía cuerpo sano y
vivía en el mundo, no te sirvió con un corazón sincero, puesto que
amaba las cosas creadas más fervientemente, y tampoco soportó con
paciencia la enfermedad ni se reflejó en tus obras como debió
haberlo hecho. Al final no ardía con el fuego de caridad. Él es mío
porque te lo llevaste repentinamente.”
El
Juez contestó: “Un final repentino no condena a una alma, a menos
que haya inconsistencia en sus acciones. La voluntad de una persona
no es condenada para siempre sin una cuidadosa deliberación.”
Entonces la Madre de Dios vino y dijo: “Hijo Mío, ¿si un
sirviente flojo tiene un amigo quien tiene relación íntima con su
amo, no debería venir su amigo íntimo en su ayuda?. ¿No debería
ser salvado si lo está pidiendo, por el bien del otro?”. El Juez
respondió: “Todo acto de justicia debe de ir acompañado de
misericordia y sabiduría – misericordia con respecto a perdonar la
severidad, sabiduría para asegurar que se mantenga la equidad. Pero
si la transgresión es de tal tipo que no merezca remisión, la
sentencia aún puede ser mitigada por la amistad sin infringir la
justicia. Entonces su madre dijo: “Mi bendito Hijo, esta alma me
tuvo constantemente en su mente y me mostró reverencia y
frecuentemente estaba movida a celebrar la gran solemnidad en mi
honor, a pesar que haya sido fría hacia Ti. Así es que, ¡ten
piedad de ella!”
El
Hijo respondió: “Madre Bendita, tú ves y sabes todas las cosas en
Mí. Aunque esta alma te haya tenido en la mente, lo hizo más por su
bienestar temporal que por el espiritual. No trató Mi purísimo
cuerpo como debió. Su malhablada boca lo privó de disfrutar Mi
caridad. El amor mundano y la descomposición le escondieron mi
sufrimiento. El dar por hecho Mi perdón y el no pensar en su fin
aceleraron su muerte. Aunque Me recibía constantemente, esto no lo
mejoró mucho, porque no se preparaba adecuadamente. Una persona que
desea recibir a su noble Señor e invitado no sólo debe de preparar
la habitación sino todos los utensilios. Este hombre no lo hizo así,
puesto que, aunque limpiaba la casa, no la barría reverentemente con
cuidado. No esparció el piso con las flores de sus virtudes o llenó
los utensilios de sus extremidades con abstinencia. Por lo tanto, ves
suficientemente bien que lo que se le debe hacer es lo que merece.
Aunque Yo sea invulnerable y esté por encima de la comprensión y
estoy en todo lugar por Mi divinidad, mi deleite está en lo puro,
aún cuando entro tanto en los buenos como en los malditos. Los
buenos reciben mi cuerpo, el cual fue crucificado y ascendido al
cielo, el cual fue prefigurado por el maná y por la harina de la
viuda. Los malvados también lo hacen así, pero, mientras que para
el bueno lo conduce a una mayor fortaleza y consolación, a los
malvados los conduce a una condenación más justa, en tanto que, en
su falta de méritos, no temen acercarse a tan digno sacramento.”
El demonio contestó: “Si se acercó indignamente a Ti y su
sentencia se hizo más estricta por esto, ¿por qué permitiste que
se acercara a Ti y Te tocara a pesar de ser tan indigno?”
El
Juez contestó: “No preguntas esto por amor, ya que no tienes
ninguno, pero Mi poder te obliga a preguntarlo por el bien de mi
novia quien escucha. De la misma manera en tanto el bueno como el
malo me manejaron en Mi naturaleza humana para probar la realidad de
Mi naturaleza humana así como mi paciente humildad, así también
los buenos y los malvados me comen en el altar – los buenos hacia
su mayor perfección, los malos para que no crean ellos mismos que ya
están condenados de tal forma que, habiendo recibido mi cuerpo
pueden ser convertidos, siempre que decidan reformar su intención.
¿Qué amor más grande les puedo mostrar que Yo, el más puro,
entraré hasta en los recipientes más impuros (aunque como el sol
material no puedo ser profanado por nada)? Tú y vuestros camaradas
desprecian este amor, puesto que se han endurecido en contra del
amor.” Entonces la Madre habló de nuevo: “Mi buen Hijo, cada vez
que se acercaba a Ti, él aun te tenía reverencia, aunque no como
debía habértela tenido. También se arrepiente de haberte ofendido,
aunque no perfectamente. Hijo Mío, por mi bien, considera esto en
provecho de él.” El Hijo respondió: “Como dijo el profeta, Yo
soy el verdadero sol, a pesar de ser mucho mejor que el sol material.
El sol material no penetra montañas o mentes, pero yo puedo hacer
ambas cosas.
Una
montaña puede obstruir al sol material teniendo como resultado que
la luz solar no llega a la tierra cercana, pero ¿qué puede ponerse
en Mi camino excepto la pecaminosidad que previene que esta alma sea
afectada por Mi amor?. Aun si se retirara una parte de la montaña,
la tierra en las cercanías no recibiría la calidez del sol. Y si yo
entrara dentro de una parte de una mente pura, ¿qué consuelo
tendría si pudiese oler la fetidez de alguna otra parte?. Por lo
tanto, uno debe de deshacerse de todo lo que esté sucio, y entonces
el dulce gozo seguirá a la hermosa limpieza.” Su Madre respondió:
“¡Que se haga Tu voluntad con toda misericordia!”
EXPLICACIÓN
Éste
fue un sacerdote quien frecuentemente había recibido amonestaciones
concernientes a su comportamiento incontinente y que no quería
atender razones. Un día cuando salió a la pradera a cepillar a su
caballo, vinieron truenos y un rayo que le cayó y lo mató. Su
cuerpo quedó totalmente ileso excepto por sus partes privadas, las
cuales se podían ver totalmente quemadas. Entonces el Espíritu de
Dios dijo: “Hija, aquellos que se dejan enredar en tales placeres
despreciables, merecen sufrir en sus almas lo que este hombre sufrió
en su cuerpo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.