"Apocalipsis, Explicación del capítulo 21". Revelación de la Venerable Madre Sor María de Jesús de Ágreda.

APOCALIPSIS DEL EVANGELISTA SAN JUAN, EXPLICACIÓN DEL CAPÍTULO 21 POR REVELACIÓN A LA VENERABLE MADRE SOR MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA

La venerable Madre Sor María de Jesús de Ágreda nos dice en la revelación que recibió de nuestro Señor Jesucristo y Su Santísima Madre María: "Explicación del capítulo 21 del Apocalipsis", acerca del significado que tiene esa ciudad fabulosa que en visión vio descender del cielo el Evangelista San Juan, vidente de la Isla de Patmos. Esa magnifica ciudad de oro purísimo y con muros de piedras preciosas que desciende del cielo adornada, preparada como esposa para el esposo, que es presentada por el ángel como el tabernáculo de Dios con los hombres, en donde dice que el mismo Dios habitará con los hombres y enjugará las lágrimas de sus ojos y no quedará ya muerte, ni llanto ni restará ya dolor porque las primeras ya se fueron. En donde Dios promete que le dará agua al sediento de las fuentes de la vida y el que venciere sera llamado hijo de Dios, pero los que no lo hicieren así les será dada su recompensa en el lago de fuego y azufre, que es la segunda muerte. Esa magnifica ciudad, que baja de Dios desde el cielo, es la figura de la suprema Jerusalén celestial: La Santísima Virgen María; el oro purísimo de los edificios y los muros de piedras preciosas representan la pureza y virtudes de la santísima Virgen María, Madre de Dios, Tabernáculo de Dios. Nuestro Señor Jesucristo es Dios habitando con los hombres, vencedor de la muerte y el pecado. Los cielos nuevos y tierra nueva se refieren a lo que sustituye lo antiguo, lo viejo, al descender el alma de la santísima Virgen María desde el cielo y ser unida a la materia purísima que Dios había cuidado desde la eternidad para que pudiera realizarse la inmaculada concepción de María, al unirse sus padres, San Joaquín y Santa Ana, en amoroso abrazo, en tierno connubio para engendrar a la Madre en la que se iba a encarnar el Verbo Divino: María. Dios dice: "Ya esta hecho", con referencia a Jesucristo y la Ciudad Santa de Dios: María Santísima.

María, Ciudad de Dios, desciende
 de Dios desde el cielo.

San Juan Evangelista, vidente de la Isla
de Patmos, ve descender la Jerusalen
 celestial,  con edificios de oro y  muros
 de  piedras preciosas. Significa la
 Inmaculada Concepción de María.

La inmaculada Concepción de María, cuando sus padres:
 Joaquín y Ana se unen para procrearla. En ese momento
desciende de Dios desde el cielo  el alma purísima de
 María, Ciudad de Dios.

El ángel que habla al vidente de Patmos, San Juan Evangelista, es uno de los 7 ángeles que están más cercanos al trono de Dios. Ellos tienen como encargo de Dios castigar a la raza humana por algunos pecados, será un castigo nuevo y más terrible que aquellos que Dios ha enviado en épocas lejanas a la humanidad para purificarla y no habrá en lo futuro otro castigo semejante o más terrible. Dios vengará las injurias hechas a su Madre Santísima con formidable castigo dando potestad a esos 7 ángeles que asisten al trono de Dios. Por haber despreciado a la Santísima Virgen María con osadía loca han irritado la indignación de Dios. La Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, está empeñada en honrar y levantar a María como la Reina de los Ángeles y hombres, para ponerla como ejemplo a toda criatura de Dios. Dios vengará las herejías, errores y blasfemias y cualquier desacato hacia María Santísima. Como consecuencia de ese terrible castigo habrá una renovación y abandono de los vicios tan desbocados que el enemigo infernal ha sembrado en el pueblo cristiano. En segundo lugar, se logrará la victoria contra los infieles y todas las sectas desaparecerán.

Castigo a la raza humana por algunos pecados, no ha
habido uno ni habrá otro más terrible que el que viene.

Tierra desolada  por el castigo de Dios.

Nuestro Señor Jesucristo bendice la tierra después del castigo.

La Santísima Virgen María, Ciudad de Dios, tiene todas las puertas de su misericordia abiertas para todo el linaje humano. A través de ella Dios ha derramado muchas gracias y beneficios para aquellos que le invocan. Pero, solamente son atendidos con seguridad aquellos en los que no se halle abominación ni mentira, pues María es inmaculada desde su nacimiento y atiende a todos los pecadores arrepentidos con verdaderos deseos de convertirse y hacer la voluntad divina. María Santísima es refugio seguro de pecadores arrepentidos, si tuvieron pecados abominables ella no los ve como obstáculo para ayudarles en su conversión, la única condición es que los dejen para siempre.

Solo los pecadores arrepentidos son ayudados por
ella, como requisito: Dejar los pecados abominables
  y convertirse sinceramente a Dios.

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