CÓMO HA DE SENTIR CADA UNO HUMILDEMENTE DE SÍ MISMO
IMITACIÓN DE CRISTO
Tomás de Kempis
LIBRO PRIMERO
Contiene avisos provechosos para la vida espiritual
CAPÍTULO II
Cómo ha de sentir cada uno humildemente de sí mismo
Cristo y su Madre estudiando las escrituras. |
Todos
los hombres naturalmente desean saber, ¿mas que aprovecha la ciencia
sin el temor de Dios? Por cierto, mejor es el rústico humilde que le
sirve, que el soberbio filósofo, que dejando de conocerse, considera
el curso de los astros. El que bien se conoce, tiénese por vil y no
se deleita en loores humanos. Si yo supiera cuanto hay que saber en
el mundo, y no tuviese caridad, ¿qué me aprovecharía delante de
Dios, que me juzgará según mis obras?
No
tengas deseo demasiado de saber, porque en ello se halla gran estorbo
y engaño. Los letrados gustan de ser vistos y tenidos por tales.
Muchas cosas hay, que saberlas, poco o nada aprovecha al alma; y muy
loco es el que en otras cosas entiende, sino en las que tocan a la
salvación. Las muchas palabras no hartan el ánima; mas la buena
vida le da refrigerio y la pura conciencia causa gran confianza en
Dios.
Cuanto
más y mejor entiendas, tanto más gravemente serás juzgado si no
vivieres santamente. Por esto no te envanezcas si posees alguna de
las artes o ciencias; sino que debes temer del conocimiento que de
ella se te ha dado. Si te parece que sabes mucho y bien, ten por
cierto que es mucho más lo que ignoras. No quieras con presunción
saber cosas altas; sino confiesa tu ignorancia. ¿Por qué te quieres
tener en más que otro, hallándose muchos más doctos y sabios que
tú en la ley? Si quieres saber y aprender algo provechosamente,
desea que no te conozcan ni te estimen.
El
verdadero conocimiento y desprecio de sí mismo, es altísima y
doctísima lección. Gran sabiduría y perfección es sentir siempre
bien y grandes cosas de otros, y tenerse y reputarse en nada. Si
vieres a alguno pecar públicamente, o comentar culpas graves, no te
debes juzgar por mejor que él, porque no sabes hasta cuándo podrás
perseverar en el bien. Todos somos frágiles, mas a nadie tengas por
más frágil que tú.
Para
ver el video de la obra "Imitación de Cristo",
escrita por Tomás de Kempis, Libro I, Capítulo II: "Cómo
ha de sentir cada uno humildemente de sí mismo", dar clic
en la siguiente imagen:
VIDEO:
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