DE LOS DESEOS DESORDENADOS
IMITACIÓN DE CRISTO
Tomás de Kempis
LIBRO PRIMERO
Contiene avisos provechosos para la vida espiritual
CAPÍTULO VI
De los deseos desordenados
Cuantas
veces desea el hombre desordenadamente alguna cosa, tantas pierde la
tranquilidad. El soberbio y el avariento jamás sosiegan; el pobre y
humilde de espíritu viven en mucha paz. El hombre que no es
perfectamente mortificado en sí mismo, con facilidad es tentado y
vencido, aun en cosas pequeñas y viles. El que es flaco de espíritu,
y está inclinado a lo carnal y sensible, con dificultad se abstiene
totalmente de los deseos terrenos, y cuando lo hace padece muchas
veces tristeza, y se enoja presto si alguno lo contradice.
Pero
si alcanza lo que deseaba siente luego pesadumbre, porque le remuerde
la conciencia el haber seguido su apetito, el cual nada aprovecha
para alcanzar la paz que buscaba. En resistir, pues, a las pasiones,
se halla la verdadera paz del corazón, y no en seguirlas. Pues no
hay paz en el corazón del hombre que se ocupa en las cosas
exteriores, sino en el que es fervoroso y espiritual.
Para
ver el video de la obra "Imitación de Cristo",
escrita por Tomás de Kempis, Libro I, Capítulo VI: "De los
deseos desordenados", dar clic en la siguiente imagen:
VIDEO:
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