LA
PROTECCIÓN DE LOS ÁNGELES
CONTRA LOS DEMONIOS
P.
Henrí Maríe Boudon
El
hombre se encuentra acosado por las tentaciones y por el demonio toda
su vida. Tenemos tentaciones internas: tentación por parte de
nosotros mismos; tenemos tentaciones externas: tentación por parte
de las criaturas: por los semejantes y por los demonios. En las
tentaciones internas trabajamos con todas nuestras fuerzas en nuestra
ruina y si nos descuidamos la pérdida viene de nosotros mismos. En
las tentaciones por parte de nuestros semejantes tenemos gran
influencia por parte de ellos; principalmente en la hora de nuestra
muerte tenemos que cuidarnos de la compañía de los muy pecadores
porque el demonio actúa en ellos como en su fortaleza aunque no
tenga poder sobre nosotros, por medio de ellos ya tiene permiso para
tentarnos. Incluso, si Dios lo permite, los demonios se apoderan de
la imaginación de la gente buena para iniciar persecuciones tan
grandes hacia nosotros por medio de ellos, que ellos nunca las
harían si no estuviera el demonio ahí actuando.
Los
demonios no pueden conocer el futuro, pero la gran experiencia que
tienen de las cosas les da conjeturas tan fuertes que a menudo las prevén con gran facilidad antes de que hayan ocurrido.
Los
demonios son tan numerosos que prácticamente se encuentran en todo
lugar de la tierra y en todo tipo de situaciones: en las cosas más
mundanas y en los ejercicios más santos. Se inmiscuyen en todo y
con todo tipo de personas para tentarnos. Como son espíritus
invisibles lo penetran todo y llegan a todo lugar sin que pueda
hacerse algo para detenerlos físicamente porque son espíritus
puros. Esos espíritus malignos actúan en la imaginación de las
personas y les despiertan las pasiones para perderles. Si no pueden apartarnos de los caminos de la gracia actúan sobre nosotros para
hacernos ver las cosas en una forma diferente a como Dios lo quiere,
Dios nos pide ayunos, vigilias y oración: los demonios harán que
queramos hacer todo eso en exceso para agotarnos y que dejemos de
hacerlo.
Son tan numerosos que aún los solitarios no escapan de ellos |
Dios
pide que oremos: los demonios harán todo lo posible para que esas
oraciones no lleguen al cielo, evitarán que lo hagamos con devoción,
ocupando demasiado la imaginación y la mente.
Dios
pide que nos confesemos y que tengamos una contrición perfecta para
poder perdonar nuestros pecados por medio del sacerdote. Los demonios
harán todo lo posible para que no tengamos dolor por ofender a Dios
pecando, sino que lo hagamos por amor propio para ser aliviados
cuanto antes de nuestras culpas.
Dios
pide que comulguemos: los demonios impedirán que nos acerquemos con
frecuencia a este sacramento y harán que se acerquen con demasiada
frecuencia aquellas personas que no están debidamente preparadas para
comulgar. A toda persona tratarán de distraerla de su deberes para
que no cumpla bien con sus funciones.
Ante
enemigos tan temibles, es necesario poner toda la confianza en
Jesucristo y en su santa cruz, en la protección de María Santísima,
servirse de los sacramentos, del agua bendita, de las imágenes
santas para destruir todo esfuerzo del maligno y mantenernos en la
virtud todopoderosa de la humildad para resistir todas las tentaciones
del infierno. Debemos pedir a Dios el auxilio de los santos ángeles
para protegernos, ellos están ahí siempre... esperando que pidamos
ayuda para entrar en combate con los enemigos infernales.
Pidamos a Dios la protección de los santos ángeles |
Tenemos
a Dios, a sus santos ángeles, la intercesión de la Virgen María
Santísima y demás santos del cielo para que nuestro camino en este
mundo no se desvié hacia el pecado y nuestra perdición.
Por
Jesucristo podemos obtener el premio del cielo que nos ha alcanzado. Pero, debemos pedirlo. Amar con gran gratitud a él y a su Santa
Madre. Debemos hacer la voluntad del Padre celestial y no apartarnos
de Dios pecando.
Para
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Padre Henrí Maríe Boudon: “La protección de los santos ángeles
contra los demonios”, dar clic en el siguiente enlace:
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ángeles contra los demonios”, basado en el escrito del
Padre Henrí Maríe Boudon, dar clic en la siguiente figura:
VIDEO:
BIBLIOGRAFÍA:
Boudon,
P. Henrí Maríe, La Dévocion aux neuf coeurs des Saints Anges, A
Lyon, Chez perisse frères,
Libraries, 1832.