CAPÍTULO II
EL MODO DE ACCIÓN DE LOS ESPÍRITUS
El espíritu, el motor del ser material
El
universo se compone de dos partes integrantes: el mundo de los
espíritus y el mundo de los cuerpos. Y estas dos partes forman un
todo: lo que supone que están unidas por relaciones que resultan de
la naturaleza misma de los seres que las constituyen.
Estas
relaciones pueden concebirse sólo bajo la forma de la ley siguiente:
los seres espirituales, siendo más cercanos a Dios por su
naturaleza, son los ministros de su Providencia en el gobierno del
mundo.
No
sabríamos decir que han sido creados para gobernar y administrar el
mundo corporal. De ninguna manera. La razón adecuada de su
existencia es incomparablemente más elevada: reflejar como espejos
las perfecciones divinas, ser la alabanza viva e ininterrumpida de su
Creador, he aquí su papel esencial. Pero, siendo lo que son, a saber
espíritus muy puros, los ángeles son todos designados para regir
los seres inferiores salidos de la materia.
¿Qué
es efecto un espíritu? Es un ser que no se puede concebir de otro
modo que vivo e inteligente; es por lo tanto una fuerza viva, siempre
en movimiento, y siempre en posesión de ella misma; una fuerza que
no es sometida a las condiciones del tiempo y del espacio, que puede
a voluntad concentrar en un solo punto toda su energía o difundirla
por una superficie indefinidamente extensa. ¿Qué es lo contrario
que la materia? Es una sustancia que por ella misma esta desprovista
de actividad; es incapaz de moverse, si no es puesta en movimiento;
y recibido una vez este movimiento, es igualmente incapaz de
modificarlo, y de dirigirlo hacia un fin. Esta antítesis no es mas
que un juego de nuestra imaginación; se desprende de la noción
elemental de las cosas. Quien dice espíritu dice un ser que tiene la
facultad para moverse, y además tiene consciencia de su movimiento;
quien dice materia dice una sustancia muerta y privada de toda
actividad propia.
Siendo
las cosas así, ¿no es natural que los espíritus intervengan para
poner en movimiento, mantener en equilibrio y dirigir hacia un fin
los seres de los que consta el mundo material? Esta conclusión se
impone con la claridad de la evidencia. Santo Tomás dice
expresamente que la naturaleza corporal es hecha para ser puesta en
movimiento inmediatamente por la naturaleza espiritual. (1)
Ángel agitando las aguas de la Piscina de Bethesda |
Este
principio, muy simple y muy claro, es también muy fecundo en
aplicaciones y en consecuencias. Se desarrollarán a nuestros ojos,
si examinamos sucesivamente la acción de los espíritus:
Sobre
la naturaleza en general;
Sobre
los cuerpos en particular;
Sobre
las almas humanas.
Para ver el video: "El espíritu, motor del ser material", del libro: "Ángeles y demonios", del Reverendo Padre Dom Bernard-Marie Maréchaux dar clic en la siguiente figura:
VIDEO:
BIBLIOGRAFÍA:
- R. P. Dom Bernard-Marie Maréchaux, Ángels et Demons, Avec approbation des Supérieurs de la Congrégation olivétaine
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