DEL BIEN DE LA GRACIA Y DEL MAL DE LA ENEMISTAD CON DIOS
Meditación 19 de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia.
San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia, nos habla en su meditación 19: "Del bien de la gracia y del mal de la enemistad con Dios" acerca del tesoro infinito que significa la gracia divina en nuestras almas, haciéndonos amigos de Dios si cumplimos sus Mandamientos. Con los reyes o poderosos de este mundo, aunque se lograra hacerse amigos de ellos, nuestra alma se perdería porque en ellos no abunda mucho la virtud y están llenos de vanidad. Llegar a ser amigos de Dios significa gracias abundantes en este mundo para santificar nuestra alma y una eterna dicha en el otro. Solo el que es amigo de Dios puede entrar al cielo empíreo con su alma purificada. En cambio, los enemigos de Dios son rechazados por su maldad, en ellos no actúa la gracia divina para santificarlos, actúa Lucifer que ha jurado perder a toda la raza humana para llevarla al infierno. Gracias a nuestro Señor Jesucristo, el alma que vive en gracia de Dios es amiga, hija, esposa y templo del Espíritu Santo.
Amigos de Dios, en ellos fluye la gracia santificante. |
El don de la gracia divina lo recibimos por los méritos de nuestro Señor Jesucristo. Los justos que vivieron antes de Cristo, sin nuestro Señor no hubieran recibido anticipadamente la ayuda necesaria para mantenerse en el bien y rechazar el mal. En la era cristiana se derraman abundantes gracias sobre la humanidad por el cruento sacrificio de Cristo en la Cruz y por su sacrificio incruento en los altares diariamente. Sin el santo sacrificio de la misa la humanidad solo debe esperar la tremenda justicia de Dios castigando por nuestros pecados, la grande ira de Dios irritada por no recibir la gran víctima propiciatoria por los muchísimos pecado de la humanidad. Con la gracia divina el cristiano devoto puede tener una suave paz aún en este mundo. Viviendo en gracia, el alma sencilla y humilde recibe un alto lugar en el cielo. No sucede así con el poderoso de este mundo, preocupado por los bienes terrenos no se acuerda de su Dios y del único que puede salvarlo; si logra salvarse será por los momentos en que vivió en gracia en su vida terrena y por acogerse a la gran misericordia divina antes de su muerte; su lugar en el cielo es muy diferente de aquél que se esforzó por agradar siempre a Dios, será el menor en el reino de los cielos.
Dios aborrece tanto el pecado que no puede dejar de mirar así. Pero, por su grande misericordia, no deja de advertir al pecador para que se convierta y no encuentre la muerte eterna en el infierno. |
El alma que vive en desgracia es enemiga de Dios por el pecado y esclava de Satanás. La gracia divina ya no fluye sobre él, ya no recibe los dones para santificarse; el enemigo infernal actúa directamente sobre su alma impidiéndole realizar obras buenas, lo hace igual a él y lo induce a todo tipo de vicios y pecados. Viviendo con pecados mortales es abandonado por Dios y si no es por intervención divina su alma no disfrutará jamás de las dichas eternas. Basta un solo pecado mortal cometido para estar en desgracia de Dios y perder todos los beneficios para nuestra alma, uno solo es suficiente para ser condenados al infierno si Dios permite una muerte repentina sin tener tiempo de encomendar nuestras almas a su misericordia.
Sin Dios, el pecador se entrega de lleno a los vicios y a las pasiones. |
Para leer el e-book, imprimir o descargar el archivo pdf, de la Meditación 19 de San Alfonso María de Ligorio: "Del Bien de la Gracia y del Mal de la Enemistad con Dios", dar clic en el siguiente enlace:
Para ver el video de la Meditación 19 de San Alfonso María de Ligorio: "Del Bien de la Gracia y del Mal de la Enemistad con Dios", dar clic en la siguiente imagen:
VIDEO:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.